Yo tenía 13 años y estaba enamorada de Germain de la Fuente,cantante del grupo chilen Los Ángeles Negros.Un día, junto a mi prima Oly,decidí enviar mi dirección postal a una revista juvenil a ver si teníamos suerte y nos escribía gente de otros países.Al tiempo recibí esta única carta de Víctor Hugo, chileno de Santiago,de 16 años.Era simpático,lleno de humor y me envió hartas fotos del grupo.Cuando ya la fiebre de Los Ángeles Negros se había terminado,Víctor y yo seguíamos escribiéndonos.Poco a poco de cartas pasaron a llamadas telefónicas,y una que nunca faltó por años, la del 18 de septiembre,que es mi cumpleaños,siempre Víctor me llamaba para brindar por mí y su ´querido Chile´.Compartí con él muchas cosas y se fueron sumando confidencias de adolecentes,supe de su infierno cuando era estudiante de la universidad,con el cambio de gobierno,de sus triunfos y su trabajo en un banco.Incluso festejó conmigo cuando consiguió por fin su casita,me envió fotos ,se sentía tan feliz...
Pero dicen que la felicidad a veces llega acompañada de lo triste,y esta ocasión no fue distinta.De su boca escuché una nefasta noticia una noche de año viejo,luego cartas pidiéndome que jamás habláramos del asunto.Fui de lejos viviendo su viacrucis,hablando sin hablar de todo,hasta que con el tiempo las cartas fueron siendo menos...
La última vez que le hablé por teléfono fue en el 1991,recuerdo mi angustia cuando le pedí algo que yo sabía que podía interpretar mal.Sin embargo,fue dulce y me contestó con un ´´te entiendo´´.Lo hice por su bien y solo deseaba que así lo entendiera.No sé si lo comprendió.Fue la última vez, jamás volví a saber de él.
Siento mucha pena y nostalgia cuando lo recuerdo.Fue una de esas amistades a distancia que se fortalecía con una carta escrita a puño y letra.Parece que de pronto tengo que retractarme de mis comentarios anteriores sobre los emails.En realidad,creo que ambos, Víctor y yo, hacíamos de la pluma y el papel una especie de polígrafo que rompía la distancia con sus inocentes ( y no tan inocentes ) verdades.¡ Esa espera entre carta y carta era deliciosamente desesperante! Cuando al fin llegaba todo cambiaba y sus cartas larguísimas ( iguales a la s mías ) me deleitaban por días.
Ahora que lo pienso bien, desde entonces no escribo tanto.Con el silencio de Víctor llegó una soledad desconocida que se adentró en mi vida.Esa soledad del vacío, del no volver a saber de alguien que fue tan importante por más de 20 años.
Guardo sus cartas,sus fotos, y hasta cassettes que me envió con simpatiquísimos monólogos contándome mil cosas.Aprendí a ver a Chile a través de sus ojos.Creo que si algún día visitara ese país podría ir identificando algunos lugares de solo recordar su voz y sus cartas.
¡Mi amigo chileno! Ojalá todo haya sido fácil para ti. Ojalá que ahora estés mil veces mejor que antes,tranquilo,liviano.Yo por mi parte,te extraño.Sé que no lo dudas,que entiendes que una canción de Los Angeles Negros me trae todos tus recuerdos.Fuiste algo más que un amigo de papel y tinta.Fuiste mi primer confidente extraño y lejano.No es hasta ahora que me atrevo a ´´hablarme´´ a través de esta pantallita fría. ¿Entiendes ? Aunque no lo creas,me vuelco aquí como solía hacerlo en mis cartas.Si estuvieras,¿qué cosas nuevas me contarías? ¿Cuántos 18 de septiembre me hubiera sentado acá y hubiera encontrado un email diseñado por ti diciéndome ´´feliz cumpleaños Dyan,y salud,por ti y por Chile´´?
Incluso,pensaríamos que estamos más cerca,que es más rápido.Nos diríamos tanto,tú de tus locuras y yo de las mías...pero me reprocharías siempre diciéndome que nada mejor que una carta de verdad....
¡Cómo me hubiera gustado que tuvieras mis cd´s ! Que fueras mi crítico.Que me contaras de tus romances y me dijeras ´´mira a ver si te inspiras y te da con escribir una canción´´.
¡Qué triste es el silencio! ¡Qué rara la vida! ¡Qué extrañamente invencible la amistad, que vence por encima de la ausencia!
Miro por la ventana.Está atardeciendo.Un febrero tibio preludia la primavera que se acerca...y tu querido Chile pronto verá el otoño.¡Tan distintos y tan iguales!
Escribir aquella carta a aquella revista ha sido una de mis mejores decisiones.Fue el comienzo de una hermosa historia de amistad que aún está viva.
¡Gracias, Víctor Hugo!
Pero dicen que la felicidad a veces llega acompañada de lo triste,y esta ocasión no fue distinta.De su boca escuché una nefasta noticia una noche de año viejo,luego cartas pidiéndome que jamás habláramos del asunto.Fui de lejos viviendo su viacrucis,hablando sin hablar de todo,hasta que con el tiempo las cartas fueron siendo menos...
La última vez que le hablé por teléfono fue en el 1991,recuerdo mi angustia cuando le pedí algo que yo sabía que podía interpretar mal.Sin embargo,fue dulce y me contestó con un ´´te entiendo´´.Lo hice por su bien y solo deseaba que así lo entendiera.No sé si lo comprendió.Fue la última vez, jamás volví a saber de él.
Siento mucha pena y nostalgia cuando lo recuerdo.Fue una de esas amistades a distancia que se fortalecía con una carta escrita a puño y letra.Parece que de pronto tengo que retractarme de mis comentarios anteriores sobre los emails.En realidad,creo que ambos, Víctor y yo, hacíamos de la pluma y el papel una especie de polígrafo que rompía la distancia con sus inocentes ( y no tan inocentes ) verdades.¡ Esa espera entre carta y carta era deliciosamente desesperante! Cuando al fin llegaba todo cambiaba y sus cartas larguísimas ( iguales a la s mías ) me deleitaban por días.
Ahora que lo pienso bien, desde entonces no escribo tanto.Con el silencio de Víctor llegó una soledad desconocida que se adentró en mi vida.Esa soledad del vacío, del no volver a saber de alguien que fue tan importante por más de 20 años.
Guardo sus cartas,sus fotos, y hasta cassettes que me envió con simpatiquísimos monólogos contándome mil cosas.Aprendí a ver a Chile a través de sus ojos.Creo que si algún día visitara ese país podría ir identificando algunos lugares de solo recordar su voz y sus cartas.
¡Mi amigo chileno! Ojalá todo haya sido fácil para ti. Ojalá que ahora estés mil veces mejor que antes,tranquilo,liviano.Yo por mi parte,te extraño.Sé que no lo dudas,que entiendes que una canción de Los Angeles Negros me trae todos tus recuerdos.Fuiste algo más que un amigo de papel y tinta.Fuiste mi primer confidente extraño y lejano.No es hasta ahora que me atrevo a ´´hablarme´´ a través de esta pantallita fría. ¿Entiendes ? Aunque no lo creas,me vuelco aquí como solía hacerlo en mis cartas.Si estuvieras,¿qué cosas nuevas me contarías? ¿Cuántos 18 de septiembre me hubiera sentado acá y hubiera encontrado un email diseñado por ti diciéndome ´´feliz cumpleaños Dyan,y salud,por ti y por Chile´´?
Incluso,pensaríamos que estamos más cerca,que es más rápido.Nos diríamos tanto,tú de tus locuras y yo de las mías...pero me reprocharías siempre diciéndome que nada mejor que una carta de verdad....
¡Cómo me hubiera gustado que tuvieras mis cd´s ! Que fueras mi crítico.Que me contaras de tus romances y me dijeras ´´mira a ver si te inspiras y te da con escribir una canción´´.
¡Qué triste es el silencio! ¡Qué rara la vida! ¡Qué extrañamente invencible la amistad, que vence por encima de la ausencia!
Miro por la ventana.Está atardeciendo.Un febrero tibio preludia la primavera que se acerca...y tu querido Chile pronto verá el otoño.¡Tan distintos y tan iguales!
Escribir aquella carta a aquella revista ha sido una de mis mejores decisiones.Fue el comienzo de una hermosa historia de amistad que aún está viva.
¡Gracias, Víctor Hugo!
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