jueves, 28 de febrero de 2008

Antes de que te vayas...








Te escribo hoy, que aún estás aquí, porque cuando te vayas no podré escribirte, no querré escribirte, sé que no podré. Aún hoy, no sé de dónde saco fuerzas para decirte cuánto te quiero y todo lo que significas para mí. Hoy, viéndote tan viejita, tan cansada, luchando sin tener fuerzas apenas para caminar,sentí un profundo dolor en mi corazón.
Te recordé pequeñita, hace casi 17 años, cuando junto con otros dos pequeñines te trajo la vecina. ¡ Estabas aún con la placentita de tu madre pegada al vientre ! Pensé que no sobrevivirías un día y, ya ves, ¡ ha pasado una vida entera ! Fue abuelo quien te puso nombre...Susana...
Te cuidé por las noches, esperando que despertaras para darte leche cada dos horas, te vi crecer, estuviste a mi lado los primeros años de tu vida. Dormías conmigo, me lamías la cara por las noches y roncabas con cariño hasta el amanecer.Pariste conmigo todos tus hijos. Poco a poco, según fuiste creciendo y se fue llenando la casa de otros gatos, decidiste irte a dormir con ellos. Entonces otros ocuparon tu lugar en la cama, pero no te importó. Criaste ocho gatitos y una perrita, y toleraste la llegada de todas las otras criaturas que hoy llenan nuestra casa.
Eventualmente ya no te pude dejar de día en el cuarto, porque ya tenías manías que no me lo permitían...¡ no sabes cuánto me duele !
Hoy, Susana, se acerca tu final inevitable. Viene a mi mente una frase de mi canción..´´ que cueando te pongan a dormir, no sepas que no habrá mañana...´´ Pero yo no quiero ponerte a dormir, Susana, aunque suene egoísta de mi parte. Te veo con la nobleza de quien sabe esperar su final con dignidad, con la valentía del que ha vivido mucho...como Manolo...como abuelo...
No quiero dejarte en una fría mesa con el veterinario sin decirte adiós. Prefiero llevarte a nuestro ´´cementerio´´ en Walmart, donde ya nos hemos acostumbrado a dejar nuestros queridos animalitos. Allí, casi como un ritual, guardamos silencio y nos vamos llorando, pero sabiendo que ya todo termina, y que se cumplió todo.
Partirás pronto, lo sé, y quiero que sepas que no te olvidaré nunca. Fuiste mi primera ´´ hija´´, me diste mis primeros nietos, y con la que me queda, Chiva, te recordaré siempre. Sé que me faltan muchos dolores, sé que Gypsy, tu adorado esposo, no se acostumbrará sin ti, sé que te lloraré mucho, como estoy llorando ahora...pero sé que dejarás de sufrir, y eso me consuela.
No olvidaré tu mirada, tu manera de ´´besarme´´ toda la cara, tu fuerte y a la vez dulce genio.Te quiero mucho, mucho, y me duele perderte. De pronto me doy cuenta de que tendré que acostumbrarme a no verte más, y sentiré tu vacío...que no se llenará jamás.
Solo le pido a Dios una cosa : que me deje estar contigo en el momento final, para decirte adiós suavemente y sentir como te escapas al espacio..Mientras tanto...te sigo ayudando a caminar hasta el final de tu camino,que por tanto tiempo caminaste conmigo.
Gracias vieja amiga, gracias Ma Susa del alma. Por favor, no te olvides tú de mí...

martes, 26 de febrero de 2008

martes, 12 de febrero de 2008

Adiós Marky


Anoche le dije adiós a Marky, gatita de casi 15 años ( los cumpliría en abril). Murió callada,podría decir que tranquila, aunque nunca he podido saber si eso es parte de la muerte. Marky fue la incomprendida de la casa, nos dio mucho amor,pero por cosas de la vida, siempre tuvo que ser de lejos. Los gatos de la casa, luego de que volviera a entrar tras muchos años de no hacerlo por que otra gata nunca la dejó en paz, ya no la aceptaban, y ahora en su enfermedad, le dieron muchas manías que hacían que su presencia en ocasiones fuera difícil de tolerar. Pero siempre ahí, fiel y amorosa, se escondía cuando llegaban los otros gatos y nos miraba dulcemente si la regañábamos.Ayer sufrió mucho en la tarde con dolores que no entendíamos. En la mañana quiso salir a la marquesina para despedirse de Gringo, su inseparable perro amigo mientras estuvo en el exilio.Se le acercó sin fuerzas y estuvo un ratito a su lado, luego volvió a entrar. Sé que miles no comprenden mi sentimento hacia mis mascotas, pero al menos entiendan que son con quienes he vivido toda mi vida.Quince años de esta tonta vida mía fueron con Marky...¡quince años son un montón!
Quiero dedicar pues, este momento a esa amiguita que se fue al ratito de yo tocarla y decirle ´´estoy aquí,vete en paz´´.A esa amiguita que dormía sobre mi carro y que comía bien poco. A esa flaca amiguita que miraba como pidiendo permiso para quierenos...Adiós, Marky...nos veremos allá...

martes, 5 de febrero de 2008

Jesús, el silencioso amigo...


Alguien una vez dijo que cuando estamos en completo silencio logramos comunicarnos con nosotros mismos. Me puse a pensar para qué puedo querer yo hablar conmigo misma, si constantemente estoy disparando pensamientos que hasta suelen despertarme de mis más profundos sueños.

Hice la prueba de todas formas, tratando de esperar una hora tranquila, de madrugada, cuando no hubieran ruidos que me interrumpieran.Había orado esa noche, un poco antes, le había hablado a Jesús, pidiéndole no sé qué cosa. No había recibido contestación.Entonces sucedió algo extraño: tratando de escuchar mi voz entre los miles de pensamientos cansados de mi activo cerebro,me pareció escuchar un susurro extraño, que no había escuchado antes.

¿ Nunca lo había escuchado ? Hice memoria... ese susurro...
Cerré los ojos aún más, como si con eso consiguiera borrar todo rastro de luz o ruido.
...Aquel susurro...Me vino a la memoria el recuerdo de una tarde,hace muchos años...Yo tendría unos diez años, mi abuelo había sufrido un derrame cerebral y fuimos con mis padrea a buscar al médico de familia que éstaba en su casa en la playa.Aunque no entendía la magnitud de lo que había sucedido, si podía comprender la angustia de mi madre.Temí por la vida de mi abuelo a quien adoraba. Estando en la playa mientras mis padres hablaban con el médico, me bajé para jugar con la arena.Sentí una pena inmensa de que mi abuelito muriera....Aquel susurro...entre el viento y el ruido del mar, pude escuchar una forma muy peculiar de silencio: el silencio de la paz de Cristo.Susurraba, sí, a mi oído y pude escucharle decir,´´Tranquila, que todo estará bien.´´ Y fue así, mi abuelito duró muchos años más junto a nosotros.
Por eso, aquella noche cuando escuché de nuevo el susurro silencioso que me tranquilizaba, entendí que nuevamente, después de tantos años, Jesús quería hablarme.
...Quise preguntarle, saber qué quería, pero entendí que lo quería todo, que no estaba pidiéndome, sino dándome su silencio y con eso, me regalaba su paz.Lo quería todo, darme todo, entenderlo todo, consolarme todo, regalarme todo, sanarme todo.
Al igual que cuando era pequeña, me susurraba al oído con su dulce silencio para decirme que estaba ahí, conmigo, siempre, incambiable, incondicional, interminable.
Seguí dejándome llevar por su silencio...y me quedé dormida.
Hoy, cuando pienso que estoy sola, que nadie me escucha, que no hay solución a los problemas ni cura para el dolor de vivir día a día en un mundo tan complejo, me basta con detenerme y escuchar el tierno silencio del amigo Jesús que me dice siempre ´´Tranquila, que todo estará bien.´´