viernes, 11 de noviembre de 2011

Por favor, ¡no me pidan más!



La culpa ha sido toda mía.Pero a la vez, me pregunto cómo es posible que no se den cuenta.¿No se nota? ¿No lo grita el aire a mi alrededor? ¡No tengo nada que dar, ya no me quedan fuerzas!Este pretender (solo porque tengo que sobrevivir) que dentro de mí hay ciertas cosas, que pienso como todos, que me afecta lo que a todos, que me duele lo que a todos, me ha destruído. ¡Cuánto me gustaría tener la valentía que tienen algunos de decir lo que hay dentro de mí, sin temor a ser criticada! Me pregunto cuántos de quienes me rodean seguirían viéndome igual...y guardo silencio.
Cuánto más podría dar si me permitieran ser como soy y no usar un disfraz a la medida de las creencias de mis compañeros y compañeras de trabajo, familiares, jefes, vecinos. ¡Qué cobarde he sido! ¡Qué miedo tengo de perder lo poco que me queda!Si dijera lo que siento y en lo que no creo, lo que soy y lo que no me gusta ser...¿cuántos seguirían a mi lado? ¿A cuántos perdería?
Mientras tanto, sigo haciendo lo que me piden, asintiendo cuando me hablan de cosas con las que no estoy de acuerdo,y,lo peor, predicando lo que no llevo en mi corazón.¡Cómo duele ver que hay quienes me admiran por esas mentiras!¿Me seguirían teniendo en estima si un día gritara todo lo que llevo dentro? ¡Qué cobarde he sido!
Siento que el tiempo se termina para mí y nunca fui sincera.

...Y esa es la pero derrota que puede tener un ser humano...

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