jueves, 27 de noviembre de 2008

¡ Noooo, yo quiero ganaaaaar!


De un tiempo para acá vengo sintiendo estas únicas ganas de reventar, de decir cosas que nunca he dicho. Por eso hoy quiero hablar de los ganadores.Desgraciadamente, nuestra sociedad nos está preparando no para ganar, sino para ganar-le a los demás.Vemos la actitud prepotente del que gana, caminando entre la gente como si fueran dioses elegidos por el universo, como si el resto de la gente le debiera pleitesía.El ganador solo piensa en aplastar, en humillar discimuladamente a su contrincante, en burlarse de los que no ganan, en hacer leña del árbol caído. Lo más increíble y desagradable es que la gente sigue al ganador como si fueran efectivamente esos dioses universales. Me preguntaba antes por qué...la respuesta es fácil: Todos queremos ganar, todos queremos en algún momento poder caminar de la misma manera entre la gente, y ver cómo nos veíamos antes (cuando se nos caía la baba por el ganador). Los que ven perder a su líder político, de pronto se sienten desnudos y violados en medio de la plaza.Lo peor es que estamos tan acostumbrados a las equivocadas razones que tenemos para entrar en una contienda o competencia, que si perdemos solo pensamos en por qué perdimos...nunca nos sentamos a preguntarnos por qué no ganamos. Siempre habrá una razón: el pueblo se equivocó, la gente es bruta y mal agradecida, el jurado era inepto ,subjetivo, el árbitro estaba comprado...Siempre una razón para probar que no fuimos responsables de perder: si ganamos, quienes nos dan el premio son objetivos,si perdemos, algo les pasó que perdieron su objetividad. Pero, ¿de qué hablo?
¡El que gana! Ese que cuando pierde sufre como si lo hubieran matado. Se avergüenza de dar la cara porque perdió ( en gran parte porque antes de perder se juraba ganador infalible)He sabido de personas que intentan quitarse la vida porque perdieron. He visto a otros que han ofendido tanto que cuando pierden no encuentran dónde meterse. Están los que nunca aceptan que perdieron y juran que en la próxima ´´no hay ´pa nadie´´ He sabido de personas que no quieren recibir un premio porque no es el primero, y otros que lo aceptan diciendo cosas como ´´ tengo que aceptar la decisión,no gané pero sé que fui vencedor para la gente´´ cosas así que lo único que dicen en realidad es ¡Maldita sea, perdí!
¿ Qué pasa entre la gente? ¿ Por qué ganar es tan importante? ¿ Por qué no somos capaces de hacer las cosas para demostrar que somos buenos o quizás fantásticos en lo que hacemos y queremos compartirlo con los demás? ¿Por qué no somos capaces de aprender de los demás y no esperar que nos idolatren porque somos buenos o tenemos ciertos talentos que , al fin y al cabo no son únicos ( hay millones de oradores, millones de políticos, cantantes, bailarines, productores, doctores, maestros abogados...¡ millones! ¿ De qué nos jactamos entonces?
Cabe decir que he visto gente que sí desea dar lo mejor de sí sin esperar el maldito aplauso, o al tonto que viene a pedir un autógrafo, es más, he visto seres (bienaventurados ) que ni si quiera esperan que se sepa lo que hicieron y pasan por la vida en anónimo peregrinar: ¿un anónimo ganar? Creo que si fue cierto que Dios nos dio los talentos para que sirviéramos a los demás, esa fue la intención : servir y punto. Sé que cuando escuchamos a alguien cantar hermoso,o nos emocionamos con un bailarín, un actor, o un político que nos convence, quisiéramos abrazarle y decirle todo el bien que nos hace. Pero no debemos endiosarlos, porque para eso están, para eso fueron creados. La sonrisa de satisfacción de un público debe ser suficiente, y no el estar esperando que te pongan alfombra roja donde quiera que vayas,o vender más discos que el otro, o difamar a los que intentan subir.
Sí...he visto a muchos que se han escapado de las garras de la fama, de la adulación.Para esos va mi aplauso silencioso. Porque esas personas no necesitan del constante reconocimiento o de estar ganando primeros premios o posiciones importantes: dan lo mejor que tienen porque sí y eso los hace mejores que muchos (al menos,mejor que lo que he sido yo por mucho tiempo.)Es más, he visto personas que, si se han visto obligados a entrar en alguna competencia, lo hacen sin ni siquiera pensar que compiten. ¡ No ganan, no pierden ! Pero cómo disfrutan del resultado de su esfuerzo.Es como los atletas de pista y campo ( bueno...algunos ) ellos compiten para ´´mejorar su tiempo´´ se quedan felicies porque llegaron en el lugar 80, pero han mejorado. Claro, está por verse si al llegar al 79, 60,50 30 hasta ganar, serán tan humildes, pero en fin...Por otro lado, he visto ganadores que nunca habían perdido, morderse los labios de rabia cuando no ganan.¡Odian al mundo!¡ Se llenan de cinismo! ¡ Qué gran estupidez !
¡Pensar que yo fui alguna vez así de estúpida! ¡Por eso puedo hablar ahora! Escuché muchas voces que me instaban, no a mejorar y dar de mí, sino a dejarlo todo, irme para demostrarle a otros que yo era mucho mejor. ´¿Qué haces aquí Diana Olivia? Tú debes estar en lo más alto, estás traicionando a Dios que esos talentos te dio.´´ Sí, porque no falta el imbécil que siempre pone a Dios como parapeto para que uno haga o no haga, el famoso ´´guilt trip´´ que casi llegó a funcionar en mí. Pero al fin pude ser libre y, aunque no he llegado al nivel óptimo que quisiera, me di cuenta de que todo uno lo da donde está, sin aplausos, sin premios, sin autógrafos. Pero sobre todo, sin pensar que debo pisotear a alguien para demostrar que valgo.Yo estuve ahí, gente. Yo subí peldaños, y mientras subía no me daba cuenta de que iba derramando a mis espaldas el aceite de la prepotencia y el falso orgullo ( fue en ese aceitito que resbalé un día y me caí de bruces...y cómo me alegro de que ocurriera) Me alegro porque había caído en otra trampa : competir conmigo misma. ¡Uy! Error, error. Si estúpido es competir para darle de bofetones a otros y diz que demostrar cuán buena soy, peor es competir con uno mismo para burlarse de nuestros propios fracasos...(porque esos sí que son fracasos)Compite el que no está seguro de ser bueno, el que vive de la adulación, el que quiere atención. Tengo que usar la palabra competir porque no hay otra. Es falso que se compite por competir, se compite para ganar. El que vive su vida compitiendo, solamente gana, pero nunca llega a ninguna parte porque depende de que lo lleven los que lo hicieron llegar. Pero el que hace las cosas por el placer de hacerlas, para compartir lo que lleva dentro, siempre llega arriba, muy arriba, por sus propios méritos. No ha tenido que empujar a nadie en el camino. Su alfombra no está adornada con las derrotas de los otros, sino con su propio esfuerzo, y con todo lo que ha aprendido de los demás. Los grandes seres del mundo se han esforzado en ser, no en ganar-le a otros. En ser y seguir siendo. ¿Los premios? Bienvenidos, pero no son la meta, no son el final.Es cierto que al lanzarnos a la realidad del mundo de hoy, todos están compitiendo. ¡Que sigan, que den codazos, que pisoteen!Lo que ellos no entienden es que uno solo decidió no correr como ellos.Esto no quiere decir que nos debemos quedar conformes y sucumbir en la mediocridad, yo me levanto y sigo caminando, porque eventualmente también llegaré a la meta. ¡Tontos! ¡ También llega a la meta el último ! ¡Llegó y no dejó de correr! ¡Al diablo con los aplausos y adulaciones! ¡ Al diablo con los trofeos y medallas! Todos ellos se caen porque solo se precuparon por subir...otros se preocupan por seguir y nunca detenerse a ver en qué posición están, sino cuán bien van haciendo su camino.
Por eso no quiero premios,espero poder madurar lo suficiente para dar sin esperar nada. Porque cuando se espera mucho y no se obtiene, se ha dado por las razones equivocadas. Ah, lo que es peor...cuando se gana y se gana y se gana, siempre se queda un vacío. Es como una pequeña voz interior que nos dice ´¿ esto era todo ? Cuando se pierde, la voz nos dice ´´¡Noooo, yo quiero ganar!
Pero cuando hacemos todo sin esperar nada de eso, al final nos acostamos en nuestra almohadita satisfechos y nuestra voz nos dice: ´´ ¡ Bien, jefe, misión cumplida !
...Y el alma queda lista para volver a empezar...¡Esa es la meta!

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