A pesar de la pena que tengo por haberte encontrado sin vida esta mañana y a pesar de que me la he pasado todo el día con el corazón roto, quiero celebrar tu vida, Bebo del alma. Tu canto a cada rato me alegró esos momentos de soledad y te echaré de menos a rabiar. Aún no me animo a sacar tu casita del cuarto y sé que cuando lo haga hasta Scooby te extrañará. Gracias por todos los años de compañía. Vuela libre ahora, dulzura. ¡Nos veremos allá!
sábado, 4 de febrero de 2012
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