viernes, 2 de octubre de 2009


Hoy intenté de nuevo verte donde todos te ven...y no vi nada.
Intenté sentirte donde otros te sienten y no sentí nada.
Intenté escucharte donde tantos te escuchan y no te escuché.

Te hablé. mi voz regresó a mis oídos intocada.
¿Dónde estás?

Lloré porque tú no llegaste...¡y nadie se dio cuenta!

...Bien...al menos pensaron que compartí sus emociones.
Al menos fui parte del grupo un momento.
Me pregunto, ¿Tengo que gritarle al mundo lo que siento para que tú respondas?
¿Por qué no puedes hablarme simplemente al oído?
Y si lo haces, ¿por qué no puede ser en mi idioma, para poder entenderte?

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